FELICIDADES DON DAMIÁN
Aprovecho este post que tenía pendiente para felicitar a D. Damián en su centenario, según su biografía nació el 12 de febrero de 1916.
DESPEDIDA DE TERUEL
Aprovecho este post que tenía pendiente para felicitar a D. Damián en su centenario, según su biografía nació el 12 de febrero de 1916.
DESPEDIDA DE TERUEL
Después de
diez años de servicio a la diócesis de Teruel-Albarracín, D.
Damián se despide con una homilía en la Santa Iglesia Catedral. Se
descubre a un Damián tierno, amoroso, doliente por el traslado, pero
gozoso de cumplir la voluntad de Dios. Su humildad y
incondicionalidad al servicio de la Iglesia se desprenden también de
sus palabras.
Habla D.
Damián de un saldo negativo en sus manos. Su humildad le lleva a
decir y a censurar, todo lo que a él se refiere con una radicalidad
y dureza propia, sólo de aquellos hombres, escasos, que toca el
Señor con una gracia especial y que, a la vez, ellos saben responder
y trabajar hasta gastarse.
“Donde hay humildad hay
sabiduría”, dijo
D. Damián en ocasión de unos Ejercicios Espirituales a sacerdotes.
Sus propias palabras revierten sobre él como boomerang. Damián,
hombre sabio, hombre humilde.
Pide
perdón a la diócesis de Teruel por lo que, según él y su lupa de
aumento natural, son fallos. Desconcertante como Jesucristo, este
Obispo humilde nos avergüenza a todos con su bajar y bajar hasta
quedar tan bajo, que se convierte en autoridad, en eficacia de medios
pobres, en ser el último de todos y brillar allí el poder de Dios,
David que con su onda y sus guijarros mata al gigante porque se fía
del Señor.
“Recordadme
como un Obispo enamorado de la Santa Iglesia, como un Obispo que ama
a la iglesia incondicionalmente y se profesa adepto de su doctrina y
disciplina sin límite ni condición alguna. En virtud de esa
incondicionalidad dejo Teruel y voy a Tenerife, sin otros
planteamientos que la obediencia aceptada con alegría y amor.
Recordadme como un Obispo que os quiso mucho y anduvo con vosotros
intentando mostrar los caminos del Señor”.
El desgarro de dejar Teruel después de tantos años de lucha y
trabajo. Dejar a sus amigos. El amigo de verdad, según D. Damián
“nos ayuda eficazmente para conocer la voz de Dios”. Dejar su
contexto, sabemos, supuso morir un poco. El Padre exigente con los
que ama, sin dar muchas explicaciones a sus elegidos, sin mucha
lógica, hace que D. Damián se purifique, se santifique aún más.
Un poco más, siempre más.
Pidió a los aragoneses que le recordaran como un Obispo que les
quiso mucho y que anduvo con ellos intentando mostrar los caminos del
Señor. Pero los aragoneses le recuerdan como un Obispo santo que les
amó y que se encarnó y acompañó con una vida gastada siendo
modelo y vida del camino del Señor. A continuación resumimos la
homilía de despedida de D. Damián de Teruel.
“El 20 de octubre de 1974 comenzaba mi servicio pastoral a la
diócesis de Teruel-Albarracín con una solemne Eucaristía, en esta
Santa Iglesia Catedral,. Hoy, también aquí, con esta Eucaristía,
clausuro mi servicio y me despido. Y lo hago dando gracias a Dios por
estos diez años, que me ha concedido convivir con vosotros. Han sido
una de las mayores gracias de Dios para mí...”
“De
mi estancia en Teruel y de esta misma despedida pido a Dios que nos
quede a todos una impresión placentera, grata y estimulante, un buen
recuerdo. Me dolería que me recordárais solo como un Obispo que
quería ampliar los límites, que defendía la posesión de un
patrimonio cultural; ese no soy yo; ni eso es así. Recordadme como
un Obispo enamorado de la Santa Iglesia, como un Obispo que ama a la
Iglesia incondicionalmente y se profesa adepto de su doctrina y
disciplina sin límite ni condición alguna. En virtud de esa
incondicionalidad dejo Teruel y voy a Tenerife, sin otros
planteamientos que la obediencia aceptada con alegría y amor...”
“Hoy
mueren muchas cosas en mí, y para mí al dejar Teruel, al alejarme
de vosotros. Pero creo firmemente que otras cosas mejores van a
surgir de estas muertes. Todo cambio es de alguna manera, Pascua del
Señor, es decir, paso del Señor que nos salva. Paso del Señor por
Teruel y por Tenerife, para salvar a Teruel, para salvar a Tenerife.
Demos gracias al Señor porque es bueno...”
Teruel 26 de septiembre de 1984
La
aportación de D. Damián estuvo matizada por ese “raro
encanto de ser el último de todos y el servidor de todos”
Fuente: Texto extraído del libro EL ÚLTIMO DE TODOS – PERFIL DE
UN HOMBRE DE IGLESIA Autora: OLGA MARÍA ALEGRE
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