Por Antonio Salazar
Disputada del 5 al 12 de
octubre de 1939, organizada por Amanecer y el Club Ciclista Iberia,
bajo la fuerza, la voluntad y la afición por el ciclismo del
inolvidable Angel Castellot.
Participaron la flor y
nata del ciclismo nacional de aquellos momentos, con los Cañardo,
Delio Rodriguez, Fermín Trueba, Vicente Escuriet, Federico Ezquerra,
Telmo García, Bernardo de Castro, Antonio Martín, Joaquín Olmos,
Antonio Andrés Sancho, Botanch, Izquierdo, Molina, etc.y los ases
aragoneses que eran en aquella época, José Lahoz, Martín Abadía,
de Ejea de los Caballeros; Benito Cabestreros, de Calatayud y Aurelio
Julián Cabrera, también tomamos parte Carmelo Ferrer, Luis Abad y
Antonio Salazar.
La Vuelta a Aragón se
presentó en aquel lejano año de 1939, con la aureola de ser la
carrera de mejores premios de la temporada española, pues tenía la
“friolera” de 5000 Ptas. al vencedor.
Ya se habían celebrado
después de la Guerra Civil el Circuito del Norte o Vuelta al País
Vasco, la Madrid-Lisboa, la Vuelta a Cataluña etc., en todas ellas y
con ayuda de los catalanes Sancho, Olmos, Botach, Izquierdo y Gimeno,
había dominado a placer el campeonísimo español Mariano Cañardo.
Con esta racha de triunfos en la temporada parecía que iba a ser un
paseo triunfal para el gran Cañardo, ya en las puertas del declive
por la edad, pero no fue así, fue, como pudiéramos decir, la Vuelta
a Aragón la tumba de su inmenso historial como corredor ya que en la
etapa Alcañiz-Tamarite se retiró.
En esta Vuelta,
existieron dos frentes de gran valor, uno de ellos era Delio
Rodriguez, Vicente Escuriet, Fermín Trueba y el madrileño Antonio
Martín, el mejor eslitista que haya tenido el ciclismo español; por
el otro lado, los catalanes, Sancho, que resultaría vencedor de la
Vuelta, Olmos, Botanch, Izquierdo, Gimeno Cañardo quedó aislado de
este grupo, así como los aragoneses y otro de distintas regiones de
España, que hacían el ciclismo individual de la época.
Tomamos la salida 47
corredores y solamente acompañaban la Vuelta dos masajistas, que
como es natural eran para los privilegiados; por cierto uno de ellos
fue don Joaquín Rubio, un hombre enamorado del ciclismo y con unas
ideas que hoy siguen existiendo dentro del ciclismo no solo nacional
sino europeo, el otro era Blanco madrileño; estos masajistas tenían
el beneficio del 10 % de los premios que conseguían sus pupilos.
La caravana motorizada se
componía de dos motoristas militares, un camión descubierto cedido
por el ejército, y dos automóviles pequeños y viejos que en alguna
ocasión, como en la etapa de Huesca-Ejea y entre Sádaba y la meta,
el coche que portaba el juez árbitro no podía despegarse de Sancho.
La concentración de los
corredores y ¿caravana? Motorizada se desarrolló en la plaza de
España, frente a la Diputación y la salida oficial de la primera
etapa, que se disputó de Zaragoza a Teruel en el Paseo Teruel, en
el mismo puente del ferrocarril. En Longares se escapó el catalán
Antonio Andrés Sancho y llegó a Teruel con trece minutos de
adelanto sobre el pelotón principal, ganando el sprint de este grupo
el aragonés Cabrera.
La Vuelta a su paso por Daroca |
La segunda etapa
disputada entre Teruel y Alcañiz, por carreteras de tierra la ganó
en un precioso “sprint” el aragonés José Lahoz, este corredor
que falto de estilo, ha sido a mi parecer, el de más clase que ha
tenido Aragón, hasta la fecha. Esta victoria del aragonés no
pareció sentar bien a los ases nacionales que protestaron y
amenazaron con retirarse de la carrera si no se descalificaba a
Lahoz, pues aducían que se había agarrado a un automóvil, ¿Dónde
estaban los automóviles?
La tercera etapa
Alcañiz-Tamarite, se neutralizó hasta Caspe, donde en pontones se
atravesó el Ebro, pues el puente había sido volado en la guerra.
Poco después fue cuando el gran Cañardo, se retiró subiendo al
camión escoba y aduciendo que se le había roto el manillar, la
batalla del equipo Trueba, Delio etc. , abierta contra Sancho fue
despiadada y en la etapa siguiente de Tamarite a Huesca, ya logró
colocarse primero de la general Fermín Trueba.
Pero existió un detalle
que fue muy importante para el desarrollo de la I Vuelta a Aragón,
todos los días, estos ases del pedal que respondían al nombre de
Trueba, Delio, Facuriet etc., se presentaban al punto de salida más
tarde de la hora anunciada siendo advertidos estos corredores que en
la etapa Huesca-Ejea por Jaca de 220 Klm. se saldría puntual,
faltaron, como de costumbre, los corredores antes nombrados y esta
etapa ha sido la carrera más disputada que yo he visto en mis 40
años de ciclismo; fueron 220 Klm. contra reloj, cada uno rodaba como
podía, desfallecían, se recuperaban y así hasta Ejea y por
carreteras como caminos, Sancho se puso otra vez líder y ya no
dejaría la casaca blanca que fue el distintivo del primero, otra
etapa Ejea-Calatayud y la última Calatayud-Zaragoza, día del Pilar,
con entrada por Delicias, General Franco y meta el Coso frente a la
Audiencia.
Antonio Andrés Sancho,
el vencedor, al domingo siguiente 17, en Santander se proclamaba
también Campeón de España.
Antonio Andrés Sancho |
Fuente: Suplemento
especial Vuelta a Aragón. Autor del reportaje: Antonio Salazar