Por Pascual Martínez Calvo
Espartero, mientras
invernaba en su cuartel general de Mas de la Matas, tenía adelantado
alrededor de Segura al coronel Zurbano, para hostigar al enemigo. Hay
que tomar esta plaza, para quitarse el ejército esta espina. Urge la
rehabilitación de Van-Halén, aprobando su retirada de hace un año,
para que así brille más su victoria. La pesadilla de Segura: 5
meses ha tardado en asegurar la presa, para no errar. Segura y
Montalbán han ocupado este tiempo las páginas de la prensa. Corre
el mes de febrero.
Zurbano, amén de
valiente, astuto escribe una carta de supuesta traición de alguien
dentro de la plaza; que arroja dentro de la muralla de Segura,
llevado por un prisionero, al socaire de una noche oscura. Este parte
hizo desconfiar a unos de otros. El capitán Méndez y otros, tocados
del contagio del Convenio de Vergara, ven ahí la excusa para
sublevar la guarnición y entregarse a Espartero, apoderándose del
dinero allí depositado, culpando al inocente Gobernador.
El 18-2-1840, “El
Gobernador de la fortaleza era D. José Macipe, comandante de
infanteria, y 3 compañías al mando de los capitanes J. Carot, J.
Méndez y Fontán”. Mientras Macipe con 2 capitanes recorrían las
ruinas y demolían paredes, para evitar refugio y apoyo a los
atacantes; el capitán Méndez y otros oficiales sublevan la compañía
del 6º de Tiradores de Aragón, y se asoman a la muralla del
castillo, disparando sobre Macipe y hermanos de armas. Este intenta
huir, pero detenido por los sublevados, es fusilado con el cap. de
guías Carot y el mayor de la plaza Fontán. Con falsas órdenes de
Llangostera, Méndez ocupa el mando.
Es el momento y sin más
esperar, Espartero, que había estrechado el cerco de Segura,
adelantando las tropas escalonadas antes en Barrachina, Godos, Vivel,
Armillas y Muniesa, al término de Segura; avanza con todo su
ejército y 5 baterías, que emplaza a tiro del castillo.
Tras dos o tres días de
disparos, el día 26 arrecia la artillería, para rendirse la plaza
el 27-2-1840, onomástica del Duque D. Baldomero Espartero satisfecho
entra triunfante en Segura. Tras poner la bandera en la torre del
homenaje, habló así: “vuestro valor me decidió a adelantar la
conquista de este formidable castillo, fuerte por su posición,
solidez y obras de defensa con que los rebeldes le habían hecho casi
inexpugnable.”; “este glorioso hecho de armas es de una
importancia suma, par el buen éxito de las sucesivas
operaciones...”; “me atrevo a predeciros que la presente campaña
con la toma de Segura será...” rápida.
Y así fue; seguidas
caían Castellote, Aliaga, Cantavieja y Morella.
SEGURA CON SU CASTILLO EN
PIE Y PUEBLO QUEMADO
Este es el estado en que
quedó Segura destruído el 3-4-1839, después del horroroso
incendio, con las casas destruidas y arrasadas tras la quema, para
que no sirviera de parapeto al enemigo que atacara. Quedan algunas de
pie junto a la muralla. Pero fueron demolidas las demás. Y su
ingente edificio de la iglesia y su grandiosa torre quedó en el
estado que se aprecia.
Cabrera por motivos
estratégicos, al negarse el pueblo a ayudar en la defensa, por
contar con poca guarnición, excepto algunos particulares, como la
muralla es amplia alrededor del pueblo, incendia el pueblo y destruye
la muralla que había con tanto empeño hecho durante la guerra. Se
replegó al castillo.
Van Halén al no tener
cobijo en su ataque del 6-4-1839, para acercarse al castillo, mandó
retirada. No había quien se acercara...
Segura escribió las
páginas más gloriosas de su historia, pero si esta guerra fue su
gloria fue a la vez su sepultura. Pues por su significación
carlista, nadie se acordará de ella para su reconstrucción.
Este castillo que poco
antes (unos 30 años) hizo resistencia a los franceses. Y que lo
tomaban tras intento de incendio a Segura, por defenderlo unas 30
personas, sin medios.
El castillo que sufrió
mucho en el asedio de Espartero 8febrero 1840), fue derruido por la
artillería, luego por el pueblo para reconstruir su iglesia y casas.
Fuente: Historia de
Montalbán y su Comarca. Autor: Pascual Martínez Calvo